Seguramente cuando crezcas vas a ser el mejor pescador del lugar
-¡Nunca como tu papá!, no hay nadie mejor que tú respondió Vincent.
Y empezaron a recoger la pesca del día. El niño estaba emocionado de todo lo que había pescado y lo mucho que había podido ayudar a su papá.
Cada vez que regresaban de la pesca Vincent se sentía feliz, estaba ayudando a su papá ya era un adulto o casi un adulto pensaba el niño.
Vincent era un niño feliz, le gustaba ayudar a su papá, ser el responsable de su hermanito y ver como su mamá estaba siempre en la casa.
Siempre se decía cuando crezca voy a ser tan buen pescador como mi papá y así podrán comer muchas personas.
Pero un día sucedió lo inesperado al regresar de la escuela se encontró con el médico que salía de su casa y su mamá estaba llorando
¿Qué podría haber pasado?
-Tu papá se enfermo de repente y el doctor no sabe que tiene, no sabe como curarlo.
Vincent entro rápido a ver a su papá pero no obtuvo respuesta de él.
Y así pasaban los días y el papá de Vincent no reaccionaba y el niño se entristecía porque no sabia que hacer.
Un día llego un hombre a la aldea que era reconocido porque tenía el don de curar.
El niño fue corriendo a buscarlo lo llevo a su casa para que revisara a su papá.
-Claro que puedo curarlo dijo el hombre pero el pago es que me traigas la flor morada que se encuentra en el fondo del mar.
-Pero eso es muy peligroso, dijo la mamá.
-Ese es mi precio dijo el hombre.
-Yo lo hago dijo Vincent.
La mamá trato de impedírselo pero Vincent..
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